sábado, 10 de diciembre de 2011

" Más lluvia"


Mi alma tiene tristeza de la lluvia serena,
tristeza resignada de cosa irrealizable,
tengo en el horizonte un lucero encendido
y el corazón me impide que corra a contemplarte

Fragmento de “Lluvia” de Federico García Lorca


Tan escueto, tan claro, tan preciso, tan cierto, tan triste, … que hoy sobran mis palabras. Aquí os lo dejo para que cada uno de vosotros siga escribiendo para sí el resto de este post con lo que le sugieran estas cuatro líneas que para mí dicen tanto.
Disfrutadlas, sentidlas y lloradlas.


lunes, 28 de noviembre de 2011

" Nubes "


¿Alguien se imagina que para que lloviera las nubes tuvieran que esconderse de la vista de todos y, sobre todo, del sol? Meterse detrás de una puerta, huir sin rumbo en sus coches, pasear por donde no hubiese nadie más, … esperar a que llegase la noche cuando todos duermen…

Como  sólo podrá llover hasta que salga el sol, las nubes saben que, a pesar de sus deseos de diluvio, tienen el tiempo contado para hacerlo, porque ese sol no para de acechar. Por eso, a veces, aprovechan y sueltan de repente todo su torrente interior.
Seguro que tras el chaparrón se quedan relajadas por haber conseguido liberar lo que llevaban dentro tras tanto tiempo de contención. Seguro que se sienten mucho más ligeras por haber soltado aquello que cada vez les pesaba más y más.
¡¡Pero qué ignorantes las pobres nubes!!.  ¿Acaso no se dan cuenta de que una vez que dejen caer todo lo que lo que las hace ser nubes acabarán de serlo y desparecerán?
Menos mal que el sol no les quita el ojo de encima y cortará la lluvia cuando le plazca. Incluso conseguirá que parte del agua que ya vaciaron vuelva a subir y las llene de nuevo.
 Y es que las nubes, aunque se empeñen en esconderse del sol, sin él no son nada.

lunes, 31 de octubre de 2011

" GRACIA "


Natural, espontánea, sencilla, sincera, libre, cariñosa, feliz, preciosa, ...
así es GRACIA.




Y es que estoy convencido de que ninguno de los que tenéis la gran suerte de conocerla podéis decir lo contrario.

Natural como la vida misma (puta vida ésta, por cierto), ya sea jugando con los niños, riendo con los amigos, despertando por la mañana o llorando sobre mi hombro.

Espontánea  porque ¿para qué disfrazar o esconder los sentimientos? Aquí y ahora. Si hay que reir, rie; si hay que llorar, llora; si hay que luchar, lucha; si hay que morir, … muere… ¡¡mierda!!.

Sencilla, y es que realmente no sé qué fachada se le puede ver desde el exterior, ni me importa, porque vosotros y yo conocemos cómo es por dentro; pero sí sé la cantidad de veces que tras profundizar en nuevas amistades he oído cómo le han dicho que a priori parecía más fría. ¿Timidez?. Quizá. Pero enseguida dejaba ver su sencillez y su modestia. ¿Cuántas veces al recibir halagos por un simple pero estupendo partido de pádel se ha quitado todos los méritos de encima?. Le ponen enferma las falsas apariencias y no puede consentir que alguien la valore por encima de lo que ella considera que merece. ¡¡Qué equivocada estás mi niña!!, pero así eres tú.

Sincera porque da igual si es políticamente correcto o no decir lo que piensa, ella lo hace. “¿Pero por qué voy a esconder mis ideas?. Mi intención no es molestar a nadie, pero tampoco voy a callar mi opinión si esto es lo que pienso”, me dice. Nadie, y repito, nadie, puede decir que no afronta las cosas de cara y que intenta aclarar cualquier malentendido por pequeño que parezca.

Libre. Y es que quizá de esa naturalidad, espontaneidad y sinceridad saque sus fuerzas para ser tan libre como el aire que alza su pelo y su blusa al viento en esta foto de septiembre en Mykonos. No tiene ataduras con nadie ni acepta bailar al son que le toquen. No. Ella baila como siente la música. ¡¡Me encanta!!

Cariñosa, siempre está pegada a nuestros hijos y a mí con besos y abrazos. Y con vosotros, ¿qué os voy a contar?. Quizá no sabéis hasta qué punto quiere a sus amigos; os adora y os defenderá donde y ante quien sea necesario.

Feliz como podéis ver en su cara y es que nada más puede haber tras una sonrisa como la suya que no sea felicidad. Si en algún momento lo niega, sabemos que no es más que por su afán de superación y el ansia por conseguir la nueva meta personal que se acaba de plantear tras conseguir alcanzar la anterior. Es muy feliz porque siente cuánto la queremos, lo sabe y lo disfruta.

Preciosa y aunque sé que aquí mi opinión nuca podrá ser objetiva después de estar a su lado 25 años cumplidos este mismo mes de octubre, me da igual. ¡¡Es preciosa!!


Así es GRACIA y así será siempre en mi corazón.

¡¡Te quiero!!

martes, 4 de octubre de 2011

" Sombras "



Hace poco tropecé con el texto “Muere lentamente” de la escritora brasileña Martha Medeiros, aunque Internet lo atribuye a Pablo Neruda en más de veinte mil entradas (una prueba más de que no todo lo que encontramos en esta biblia virtual es cierto), que de nuevo removió mi cabeza. Y es que el poema en cuestión creo que no dejará a nadie indiferente por el optimismo que inspira al leerlo.

Una vez más se pone de manifiesto que nuestro mayor freno somos nosotros mismos. Nos anclamos de tal manera a nuestro pasado y a nuestro presente que en muchos casos nos impide evolucionar y dar marcha adelante. Entramos en un río de vida en el que nos dejamos llevar por la corriente. Quizá sea porque nos resulta cómodo y nos evita grandes esfuerzos y difíciles decisiones en el corto plazo; aunque no nos damos cuenta de que en realidad esos “ahorros” presentes nos llevarán a tomar medidas más drásticas e importantes en un horizonte temporal más lejano.


Como en la ilustración (“Shadow”, de Tomás Serrano) con la que acompaño a este post, son nuestros propios miedos los que nos acechan y nuestra propia sombra la que llega a asustarnos. Pero, ¿a qué me refiero con nuestra sombra?. Pues nada más que a lo que hemos sido, a lo que hemos hecho, a lo que hemos vivido, … Quizá esos miedos sean el miedo a no repetir aquello (en el caso de los aciertos), o a repetirlo (en el caso de los errores), o, si hasta ahora nunca llegamos a conseguir aquellas metas que ya nos propusimos en el pasado, miedo a tampoco poder alcanzarlas en un futuro, …

Aunque lo que sí queda de nuevo claro es que si no damos ese giro en el instante preciso, si no nos aferramos a un optimismo permanente, si dejamos escapar nuestra capacidad de lucha,…, aunque la noche puede llegar a ser preciosa, si llegado el momento justo no encendemos la luz para disipar esas sombras, “moriremos lentamente”.



MUERE LENTAMENTE

Muere lentamente quien no viaja,
quien no lee, quien no oye música,
quien no encuentra gracia en sí mismo.

Muere lentamente quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.

Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito,
repitiendo todos los días los mismos trayectos,
quien no cambia de marca,
quien no cambia de color de vestimenta,
o bien no conversa con quien no conoce.

Muere lentamente quien evita una pasión y su remolino de emociones,
justamente éstas que regresan el brillo a los ojos
y restauran los corazones destrozados.

Muere lentamente quien no gira el volante cuando está infeliz
con su trabajo, con su amor,
quien no arriesga lo cierto ni lo incierto
por ir detrás de un sueño,
quien no se permite ni siquiera una vez en su vida
huir de los consejos sensatos...


¡Vive hoy!
¡Arriesga hoy!
¡Hazlo hoy!

¡No te dejes morir lentamente!
¡No te impidas ser feliz!

jueves, 16 de junio de 2011

“ ¿Razón o corazón? “


Difícil cuestión.



¿Cuántas veces hemos dejado de hacer algo frenados por nuestros sentimientos que a todas luces parecía lo más razonable desde un punto de vista objetivo?. O dicho de otro modo, ¿cuántas veces hemos actuado obedeciendo el impulso interno, aun siendo conscientes de que no era lo más aconsejable?



Esto no es más que nuestra capacidad personal de decisión; es lo que nos diferencia de las máquinas. Estoy seguro que a mi PC no se ocurre pensar que cuando va abrir excell para ver una cuenta de resultados, le apetece más abrir powerpoint porque tiene más dibujitos y es más ameno. Pero a mí, depende del momento, sí.



Es algo que a todos los que leemos estos párrafos nos ha ocurrido (y nos ocurrirá) mil veces a lo largo de nuestra vida. Pero, entonces, ¿por qué tratarlo aquí y ahora?



Pues recordando un antiguo post de este blog, mindfulness era la manera de vivir la vida aprovechando al máximo cada momento, disfrutando de cada segundo, siendo consciente de lo que se está viviendo en cada instante, estando en contacto con todo lo que está ocurriendo ahora. Todo ello suena bastante bien, pero, al menos a mí, me parece imposible de llevar a cabo, que me satisfaga, sin quitarle parte de la “razón” a cada decisión, a cada instante, a cada maniobra; y sin ponerle más “corazón”, más sentimiento, más impulsos irracionales (¿por qué no?) a la vida.



No hablo de liarnos la manta a la cabeza y, que salga el sol por dónde salga, hacer lo que nos venga en gana. Evidentemente, cada uno tenemos nuestras responsabilidades y no se pueden echar por la borda sin más. Pero sí quizá relajar en gran medida nuestro sometimiento a normas (en la mayor parte de los casos internas) y obedecer más a nuestros impulsos porque en realidad es lo que nos apetece. Todo ello basado en los valores personales y desde el respeto a los demás, pero no subordinados a esos otros.



Cada día estoy más convencido de que de esta manera cada instante de la vida, cada momento con los nuestros, cada minuto de recogimiento interior tendría mucha más “chispa” cuanta más naturalidad le pongamos. Y, aunque sé que para muchos esto cuesta (para mí también, y a veces no sabéis cuánto), esa es mi intención.



¿Significa esto dejar todo en manos de nuestra intuición, de nuestro estado de ánimo, de nuestros sueños,…? Pues seguramente todo no, pero…



¿dónde pondrías el límite entre la razón y el corazón?



martes, 17 de mayo de 2011

“ Silencio no quiere decir silencio “


Me gusta.



No sé cómo ha llegado a mis ojos el siguiente escrito, ni siquiera sé su título ni quién es su autor, pero el leerlo ha revuelto mi interior de tal manera que no quiero guardármelo para mí solo. Por eso aquí lo dejo, por si a alguien más le hace pararse a pensar un poco.



¿Qué os parece?




<< Hace tiempo que no me asomaba a esta ventana. No he tenido fuerzas para asomarme. De vuelta mi eterno problema con las ventanas. Tiempo de rincones oscuros.



De nuevo aquí, mirando a la oscuridad después de una larga jornada de trabajo. Encerrado en este lugar con rejas en todas sus ventanas. Años esperando que llegara este tiempo y ahora mientras miro la noche entiendo de verdad por qué siempre lo aplacé, por qué siempre encontraba una escusa para dejarlo aparcado para un siguiente año.



Un día tras otro mirando como las luces se van apagando. Imágenes grises van llenando las paredes de mi mente. Una cárcel voluntaria que me ha envejecido, me ha comido cien kilos de energías, me ha derretido tres cuartas partes del cerebro, me ha hecho derramar dos cubos de lagrimas, me ha encolerizado, me ha abatido, me ha ganado. Claro que entiendo ahora por qué no encontré el tiempo para esta locura. El miedo a vivir de esta manera me hacía mirar para otro lado.



Años que han sumado montones de ideas, pensamientos, sentimientos… invadiendo y esperando su momento. Un deseo que no consigo echar de mi vida a la que se ha pegado como una lapa y va tejiendo toda su maraña con los sucesos. Me cuesta recordar. Algunas ideas y pensamientos los perdí a lo largo de todos estos años, pero aun así, pesa como una losa… y aquí estamos ahora, con su enredo en esta cárcel entre el cielo y el infierno.



Sacando lo que se esconde en mi interior, aspirando con esfuerzo del mismo aire. No elegimos lo que sucede y nada se forma de manera fortuita. Un mundo que me viene acompañando, presionando, aplastando durante años…; hasta la última coma está escrita en el aire y solo hay que encontrarla.



Ahora mismo apenas funciona nada en mi cabeza. Después de tantos años encadenado a este mundo, aun necesito volver a empezar. Los "drivers" de mi cabeza fallan… Y me veo aquí mirando la noche tras estas rejas. Igual algo falla aquí, dentro de este cuerpo. O igual es lo que quieren... actualizar nuestros drivers a su manera.



Años visionando e imaginando un mundo. Y ahora, aquí estamos… buscando el sentido de la vida.



Volveré a mi sofá como cada noche, en un piso que huele a polvo y aceite de cadenas. Apretaré los dientes irritado buscando esos drivers obsoletos que no funcionan bien en mi cerebro, me volveré a preguntar por millonésima vez qué hago eligiendo una vida así a mis años y me dormiré agotado y abatido.



En lo profundo del silencio se desata una tormenta. Silencio no quiere decir ausencia, no quiere decir quietud. Silencio ni siquiera quiere decir silencio.



La cuenta atrás ha empezado. El aire viaja con partículas radiactivas. La tierra se sacude nuestras babas. Los mares juegan con nuestra soberbia. Las gentes gritan su opresión… tengo que seguir.... tengo que luchar.>>


martes, 12 de abril de 2011

" Cuando menos piensas, sale el Sol… "


Amanecía de nuevo, como todos estos días…


Poco a poco empezaba a ponerse en marcha la maquinaria del cuerpo con los mismos movimientos de ayer y de antes de ayer…


En la cabeza, la permanente resaca del insomnio crónico y de las pesadillas continuas…


Lista de tareas pendientes…


Citas varias, pero ninguna especial…


Y, de pronto…, llega la noticia: ¡¡una nueva vida acaba de empezar!!


Sé que esto ocurre varias veces durante cada minuto de cada día, pero no tan cerca. Mis hijos tienen desde hoy una nueva primita y ni este día ni el resto de los días serán ya iguales porque hoy ha salido el SOL.


A mi sobrina Irene


jueves, 17 de febrero de 2011

" De preguntas y respuestas "


“Cuando creíamos que teníamos todas las
respuestas, de pronto, cambiaron
todas las preguntas”
M.Benedetti

En una de mis últimas rutas en bici por los campos manchegos (mis amigos saben de sobra de esta última afición mía por lo pesado que a veces me pongo tratando de transmitirles mi sensación de libertad, de superación, de meditación y de encuentro personal en esos ratos de soledad en plena naturaleza) empecé a darle vueltas a esta frase que leí y que asimilé como propia desde el primer momento.

Cuando la repito, me doy cuenta de cuánta razón hay en ella. Y cada vez más.

Y no sólo por la época de cambios continuos y forzados de modelos económicos, sociales y personales que todos estamos viviendo (sufriendo) en estos últimos años. No.

Su razón se extiende a todo tiempo y materia. Y podría enlazar esto con uno de mis post anteriores, el de “Retos”, en el que comentaba mi visión de nuestra reacción ante los cambios que nos descolocan y nos sacan de nuestra “área de confortable estabilidad”. Cuando creemos que tenemos todo controlado y que somos dueños y señores de nuestra zona de influencia, bien personal, bien familiar, bien laboral, de repente un cambio radical se presenta ante nosotros y desmonta todos nuestros esquemas. Todo esto que puede sonar muy teórico equivale a experiencias tan reales como a la llegada de un hijo, a una muerte cercana, a la traición de alguien querido, a un ascenso profesional, … Es tan aplicable a los cambios positivos como a los negativos.

En cualquiera de los dos escenarios, las preguntas para las que pensábamos que teníamos las respuestas correctas (todo lo que teníamos absolutamente controlado) cambian por otras para las que debemos reiniciar la búsqueda. Pero, ¿quién nos dice que para cuando tengamos las nuevas conclusiones, no habrán cambiado de nuevo las premisas?.

Tan importante y profundo me parece la incertidumbre ante los nuevos cambios que propone la frase, como lo inesperado y la inmediatez que con el “de pronto” transmite.

Para unas personas, todo esto puede parecer desesperante; quizá porque sean de aquellos que les incomoda no tener todo bajo control (¿obsesión?, ¿perfeccionismo?,…).

Pero, para otras, ¿no será esta constante la que motiva su capacidad de adaptación?, ¿o sus ganas de vivir?, ¿o lo que pone en sus manos la posibilidad de fabricar su propio futuro según vayan reaccionando ante las nuevas situaciones?


“Cuando creíamos que teníamos todas las
respuestas, de pronto, cambiaron
todas las preguntas”...

viernes, 4 de febrero de 2011

" Nuevo paisaje "


Quizá sea por los días de sol continuados que llevamos o por los que nos quedan aún por delante, pero, al hilo de aquello de que sólo amanece el día para el que estamos despiertos, hoy he decidido cambiar el paisaje de este blog para que cada vez que abramos “Desde mi ventana” tengamos frente a nosotros un horizonte de color y luz que nos ayude a ver, sentir y vivir mejor cada día.

Esto tampoco quiere decir que a partir de ahora dejará de llover, de nublarse, de sentir un frio calando hasta los huesos… No. Pero seguro que tras esos días más grises, apreciaremos mejor los nuevos días de luz.

Atrás quedan pues los tonos ocres y oscuros del pasado que, por otro lado, nos ha acompañado hasta aquí y, si hemos llegado, es porque hemos sabido aprender de él, de sus cosas buenas y de sus otras no tan buenas.

Confío en que os guste el nuevo día que hoy amaneció y que estamos viviendo.

lunes, 31 de enero de 2011

" Mindfulness "



"Sólo amanece el día para el que estamos despiertos"
H.D.Thoreau


“Bonito palabro” esto de mindfulness, pero, para aquellos que lo oigan por primera vez, ¿qué significa?

Pues mindfulness o atención plena es la manera de vivir la vida aprovechando al máximo cada momento, disfrutando de cada segundo, siendo consciente de lo que se está viviendo en cada instante, estando en contacto con todo lo que está ocurriendo ahora.

Aunque tiene mucha relación con antiguas prácticas budistas, no estoy hablando de conversión ni nada parecido (cada cual adelante con sus creencias, o sin ellas). Se trata más bien de despertar a lo que nos rodea y de vivir en armonía con nosotros mismos y con el mundo. Más aún, va de averiguar quiénes somos, de cuestionar nuestra visión del mundo, de saber realmente el lugar que ocupamos en él y de cultivar la capacidad de apreciar la plenitud de cada momento que estamos vivos. Fundamentalmente tiene que ver con “estar en contacto”.

Según J.Kabat-Zinn, en su libro Mindfulness en la vida cotidiana, atención plena significa prestar atención de una manera determinada: de forma deliberada, en el momento presente y sin juzgar. Todo ello va encaminado a lograr el despertar individual y, siendo conscientes de que la vida no es más que una sucesión de momentos, seamos capaces de vivir con plenitud cada uno de ellos. Es justo lo contrario a dar la vida por sentada, ya que viviendo con intensidad cada momento iremos moldeando y orientando nuestra vida desde dentro (lo que ocurra en cada instante tiene repercusión inmediata en los instantes futuros) sin ser meros espectadores de lo ya establecido.

Dicho de otra forma, el no ver con claridad lo que está pasando en el ahora, por permanecer pendiente de los momentos futuros o atormentado por los errores del pasado, sólo conduce a una falta de conciencia que acaba por impregnar todo y que nos empaña nuestro día a día, sin que aprovechemos todo lo que nos ofrece este minuto. Sólo estando en contacto de manera puntual seremos capaces de vivir, asimilar, comprender sin juzgar, crecer como personas y vivir conectados con todo y con todos los que nos rodean.

En la práctica, mindfulness podría ser disfrutar de un rato de juego con tus hijos concentrado sólo en ello, aparcando todo lo demás. También sería centrarte de lleno en el informe que estás preparando para la reunión de esta tarde sin permitir ruido del exterior. Pero también centrarte en sacar brillo al parabrisas cuando estás lavando el coche. Sólo de esta forma vivirás plenamente el juego, aprovecharás al máximo tu potencial ante la reunión y tu coche quedará impecable.

Como cada instante es único, irrepetible y totalmente perecedero, debemos centrarnos en vivir y disfrutar del momento presente y quedarnos con aquello de “donde quiera que vayas, ahí estás”.