lunes, 31 de octubre de 2011

" GRACIA "


Natural, espontánea, sencilla, sincera, libre, cariñosa, feliz, preciosa, ...
así es GRACIA.




Y es que estoy convencido de que ninguno de los que tenéis la gran suerte de conocerla podéis decir lo contrario.

Natural como la vida misma (puta vida ésta, por cierto), ya sea jugando con los niños, riendo con los amigos, despertando por la mañana o llorando sobre mi hombro.

Espontánea  porque ¿para qué disfrazar o esconder los sentimientos? Aquí y ahora. Si hay que reir, rie; si hay que llorar, llora; si hay que luchar, lucha; si hay que morir, … muere… ¡¡mierda!!.

Sencilla, y es que realmente no sé qué fachada se le puede ver desde el exterior, ni me importa, porque vosotros y yo conocemos cómo es por dentro; pero sí sé la cantidad de veces que tras profundizar en nuevas amistades he oído cómo le han dicho que a priori parecía más fría. ¿Timidez?. Quizá. Pero enseguida dejaba ver su sencillez y su modestia. ¿Cuántas veces al recibir halagos por un simple pero estupendo partido de pádel se ha quitado todos los méritos de encima?. Le ponen enferma las falsas apariencias y no puede consentir que alguien la valore por encima de lo que ella considera que merece. ¡¡Qué equivocada estás mi niña!!, pero así eres tú.

Sincera porque da igual si es políticamente correcto o no decir lo que piensa, ella lo hace. “¿Pero por qué voy a esconder mis ideas?. Mi intención no es molestar a nadie, pero tampoco voy a callar mi opinión si esto es lo que pienso”, me dice. Nadie, y repito, nadie, puede decir que no afronta las cosas de cara y que intenta aclarar cualquier malentendido por pequeño que parezca.

Libre. Y es que quizá de esa naturalidad, espontaneidad y sinceridad saque sus fuerzas para ser tan libre como el aire que alza su pelo y su blusa al viento en esta foto de septiembre en Mykonos. No tiene ataduras con nadie ni acepta bailar al son que le toquen. No. Ella baila como siente la música. ¡¡Me encanta!!

Cariñosa, siempre está pegada a nuestros hijos y a mí con besos y abrazos. Y con vosotros, ¿qué os voy a contar?. Quizá no sabéis hasta qué punto quiere a sus amigos; os adora y os defenderá donde y ante quien sea necesario.

Feliz como podéis ver en su cara y es que nada más puede haber tras una sonrisa como la suya que no sea felicidad. Si en algún momento lo niega, sabemos que no es más que por su afán de superación y el ansia por conseguir la nueva meta personal que se acaba de plantear tras conseguir alcanzar la anterior. Es muy feliz porque siente cuánto la queremos, lo sabe y lo disfruta.

Preciosa y aunque sé que aquí mi opinión nuca podrá ser objetiva después de estar a su lado 25 años cumplidos este mismo mes de octubre, me da igual. ¡¡Es preciosa!!


Así es GRACIA y así será siempre en mi corazón.

¡¡Te quiero!!

martes, 4 de octubre de 2011

" Sombras "



Hace poco tropecé con el texto “Muere lentamente” de la escritora brasileña Martha Medeiros, aunque Internet lo atribuye a Pablo Neruda en más de veinte mil entradas (una prueba más de que no todo lo que encontramos en esta biblia virtual es cierto), que de nuevo removió mi cabeza. Y es que el poema en cuestión creo que no dejará a nadie indiferente por el optimismo que inspira al leerlo.

Una vez más se pone de manifiesto que nuestro mayor freno somos nosotros mismos. Nos anclamos de tal manera a nuestro pasado y a nuestro presente que en muchos casos nos impide evolucionar y dar marcha adelante. Entramos en un río de vida en el que nos dejamos llevar por la corriente. Quizá sea porque nos resulta cómodo y nos evita grandes esfuerzos y difíciles decisiones en el corto plazo; aunque no nos damos cuenta de que en realidad esos “ahorros” presentes nos llevarán a tomar medidas más drásticas e importantes en un horizonte temporal más lejano.


Como en la ilustración (“Shadow”, de Tomás Serrano) con la que acompaño a este post, son nuestros propios miedos los que nos acechan y nuestra propia sombra la que llega a asustarnos. Pero, ¿a qué me refiero con nuestra sombra?. Pues nada más que a lo que hemos sido, a lo que hemos hecho, a lo que hemos vivido, … Quizá esos miedos sean el miedo a no repetir aquello (en el caso de los aciertos), o a repetirlo (en el caso de los errores), o, si hasta ahora nunca llegamos a conseguir aquellas metas que ya nos propusimos en el pasado, miedo a tampoco poder alcanzarlas en un futuro, …

Aunque lo que sí queda de nuevo claro es que si no damos ese giro en el instante preciso, si no nos aferramos a un optimismo permanente, si dejamos escapar nuestra capacidad de lucha,…, aunque la noche puede llegar a ser preciosa, si llegado el momento justo no encendemos la luz para disipar esas sombras, “moriremos lentamente”.



MUERE LENTAMENTE

Muere lentamente quien no viaja,
quien no lee, quien no oye música,
quien no encuentra gracia en sí mismo.

Muere lentamente quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.

Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito,
repitiendo todos los días los mismos trayectos,
quien no cambia de marca,
quien no cambia de color de vestimenta,
o bien no conversa con quien no conoce.

Muere lentamente quien evita una pasión y su remolino de emociones,
justamente éstas que regresan el brillo a los ojos
y restauran los corazones destrozados.

Muere lentamente quien no gira el volante cuando está infeliz
con su trabajo, con su amor,
quien no arriesga lo cierto ni lo incierto
por ir detrás de un sueño,
quien no se permite ni siquiera una vez en su vida
huir de los consejos sensatos...


¡Vive hoy!
¡Arriesga hoy!
¡Hazlo hoy!

¡No te dejes morir lentamente!
¡No te impidas ser feliz!