“Mi alma
tiene tristeza de la lluvia serena,
tristeza resignada de cosa irrealizable,
tengo en el horizonte un lucero encendido
y el corazón me impide que corra a contemplarte”
tristeza resignada de cosa irrealizable,
tengo en el horizonte un lucero encendido
y el corazón me impide que corra a contemplarte”
Fragmento de
“Lluvia” de Federico García Lorca
Tan escueto,
tan claro, tan preciso, tan cierto, tan triste, … que hoy sobran mis palabras. Aquí os lo
dejo para que cada uno de vosotros siga escribiendo para sí el resto de este
post con lo que le sugieran estas cuatro líneas que para mí dicen tanto.
Disfrutadlas,
sentidlas y lloradlas.
Yo creo que en el fondo no es la lluvia lo que nos pone tristes. Bueno, por supuesto son los recuerdos. Pero lo que quiero decir es que a mí la lluvia en Comillas, por ejemplo, me encanta. No soporto una semana seca allí arriba. Aquí me pone más melancólico, pero posiblemente porque la lluvia me hace recordar el norte. Prefiero la lluvia al frío. Busquemos días felices y lugares inigualables para cuando llueva: París, una tormenta de verano, un fin de semana en una casa rural al lado de una lumbre con nuestro amor al lado. Guardemos grandes recuerdos para la lluvia.
ResponderEliminarLos tengo. Grandes recuerdos como un paseo en bici por el campo en la pasada primavera en el que la lluvia rompe por sorpresa a más de media hora de casa y sin parar de reir llegamos calados hasta los huesos; como Maldivas (1997), donde tuvimos que quitarnos casi toda la ropa de lo que pesaba mojada al caer un diluvio mientras navegábamos en barca de una isla a otra; como esa chimenea encendida esperando en la casa rural de San Vicente de la Barquera después de empaparnos recorriendo la ensenada; ...
ResponderEliminarPero nada es igual cuando sabes que esos momentos ya jamás se reptirán. Es entonces cuando sientes que, a pesar del pedazo de sol frio que tenemos hoy, esa lluvia "triste" no para en tu interior.
Y eso, Javier, duele tanto...